Elegir una cama no es solo cuestión de gustos o estilos. El tamaño de tu dormitorio influye directamente en el tipo de cama que puedes instalar sin sacrificar funcionalidad ni comodidad. A continuación, te explicamos cómo tomar la mejor decisión y qué aspectos considerar para que tu habitación sea un espacio armónico, práctico y confortable.


1. Mide bien tu dormitorio
Antes de enamorarte de una king o de un diseño con respaldo amplio, es fundamental conocer con precisión las medidas del espacio. Toma en cuenta no solo el largo y ancho del dormitorio, sino también la ubicación de puertas, ventanas y enchufes.
Consejo clave: deja al menos 60 cm libres alrededor de la cama para poder circular cómodamente. Si el espacio es más ajustado, considera camas más compactas o diseños sin respaldo.
2. Elige el tamaño adecuado de cama
Aquí te dejamos una guía rápida según el tamaño de la habitación:
- Dormitorios pequeños (menos de 9 m²): lo ideal es optar por una cama de plaza o plaza y media. Las camas nido o abatibles también son una excelente opción para ahorrar espacio.
- Dormitorios medianos (entre 9 y 12 m²): puedes considerar una cama de dos plazas o incluso una queen si el resto del mobiliario es liviano y funcional.
- Dormitorios amplios (más de 12 m²): una cama king puede lucir sin problemas, sobre todo si se acompaña de muebles proporcionados y una buena distribución del espacio.


3. Considera el uso de almacenamiento
En espacios reducidos, las camas con cajones o baúles integrados pueden ser una gran solución. Te permiten guardar sábanas, zapatos o ropa de temporada sin ocupar espacio adicional.
Si tienes un dormitorio pequeño, una con almacenaje puede reemplazar cómodamente a una cómoda o un clóset auxiliar.
4. Piensa en la proporción visual
Una cama demasiado grande puede hacer que el dormitorio se vea más pequeño de lo que es. En cambio, una bien proporcionada mejora la percepción del espacio. Elige un respaldo que no sobrecargue visualmente el muro y evita estructuras muy altas si el techo es bajo.
Los diseños de líneas simples y patas visibles ayudan a generar ligereza visual, ideal para habitaciones compactas.
5. No olvides el estilo y la funcionalidad
Además del tamaño, es importante que el diseño de la cama se adapte al estilo general del dormitorio. En habitaciones pequeñas, los estilos minimalistas o escandinavos suelen funcionar muy bien. En dormitorios más amplios, puedes jugar con cabeceras tapizadas, camas con dosel o estructuras más llamativas.
Asegúrate de que la cama, además de bonita, sea cómoda, resistente y fácil de mantener.
Elegir la cama ideal implica un balance entre tamaño, funcionalidad y diseño. Al considerar las dimensiones del dormitorio y tus necesidades reales, puedes encontrar una opción que se vea bien y se sienta aún mejor. Recuerda: una buena cama no solo mejora tu descanso, también transforma tu dormitorio en un lugar más acogedor y equilibrado.